Columnista Invitado:
Jorge González
“En muchos foros de fans se repite mucho la opinión de que KISS debería haber colgado las botas desde hace años ya. Los argumentos muchas veces tienen que ver con la falta de evolución musical y con ya a estas alturas haberse convertido en una banda tributo a sí misma. Otras hablan de la personalidad de Gene y Paul y de cómo su soberbia y ambición se impone a la razón y a la autocrítica. Hace algunos días Eddie Trunk, Periodista y “Líder de opinión” en USA expresaba su malestar por el hecho de que Gene Simmons y Paul Stanley habían vetado su presencia en un evento oficial en el KISS Mini Golf de Las Vegas “solo” por estar permanentemente expresando su opinión contraria a que KISS siga usando el maquillaje de “Catman” y “Spaceman”, propiedad de KISS, y que originalmente usó su amigo personal Ace Frehley. Muchos hablan de la “dignidad” perdida, de la oportunidad de retirarse en la cresta de la ola, de la desastrosa voz de Paul Stanley y de lo “deslavado” del show actualmente. Muchos hablan y expresan su opinión sobre algo de lo que se sienten “dueños” por el hecho de tener discos, haber asistido a algún concierto o tener un poster pegado en la pieza, como si cada material de merchandising (que también critican) fuera como una acción de KISS que les diera potestad sobre el destino de la banda.
En estos mismos foros está el otro lado de la moneda, aquellos fans que son capaces de ignorar todo hecho objetivo y decir que este es el mejor KISS de todos los tiempos, que cada cosa que Gene y Paul hagan raya en la genialidad y supera a todo otro intento en el mundo del rock y que el show de KISS, después de 40 años de carrete, está intacto respecto de su calidad y entrega.
La batalla entre los “fanboys”, quienes tienen la osadía de apoyar a KISS, y quienes creen tener un conocimiento superior que les permite aconsejar a los mismísimos Gene y Paul sobre lo que deben hacer, está desatada en los foros desde hace años y a veces tiene como blanco a personas como el mismo Tommy Thayer el que, a pesar de hacer un trabajo innegablemente de calidad, tiene la “osadía” de reemplazar a Ace Frehley lo que demostraría la decadencia de la banda, aunque la realidad hace pensar justamente lo contrario.
¿Qué habría pasado si Gene Simmons y Paul Stanley hubieran seguido los consejos de otros desde el primer día?
Todos los fans, más o menos acérrimos, conocen la historia de KISS desde el anecdotario que los mismos integrantes han compartido a través de los años. Cuando KISS comenzó en un escenario ante no más de 10 personas (Todos amigos y familiares) con maquillajes y trajes que más parecían de la noche de Halloween que de una banda de rock. Más de alguno debe haber encontrado que estos tipos eran más un atentado contra la “dignidad” del rock que una banda con aspiraciones de estrellas.
Cuando Gene Simmons apareció en el Mike Douglas show en 1974 tuvo que dejar de lado cualquier atisbo de dignidad y soportar el sarcasmo y la burla del resto de los invitados para jugársela por el proyecto en el que creía. Más de alguien le debe haber aconsejado que no hiciera más el ridículo.
Paul Stanley contaba hace poco en una entrevista que algunas de las bandas para las que habrían en un comienzo no tenían problemas en reírse en sus caras cuando los veían llegar vestidos y maquillados. Debieron creer mucho en su propio proyecto para seguir comiéndose su dignidad en aquel entonces.
Muchos consejeros externos debieron tratar de hacer ver a los miembros de KISS que sus decisiones respecto de la banda y de sí mismos estaban equivocadas y que debían cambiarlas para convertirse en una banda de rock “verdadera” y “digna”.
¿Qué consejos habría recibido KISS si se hubiera sabido en 1976 que editarían una canción lenta con solo pianos y violines? Para muchos pudo resultar un error editar una canción como “Beth” y fue su mayor éxito en los ranking.
¿Qué consejos habría recibido KISS si se hubiera sabido en 1979 que editarían un disco con un sonido y un Groove cercano a la onda disco? De ahí salió otra de las canciones ícono de KISS: “I was made for lovin` you”.
Muchos pudieron anticipar el fin de KISS cuando Peter Criss se fue (O se le pidió que se fuera) de la banda, y apareció Eric Carr con un carisma y calidad increíble y revitalizó a KISS.
Cuando Ace Frehley dejó KISS ciertamente se resintió la popularidad de la banda y los críticos vieron su sueño de ver el fin de KISS volverse realidad, sin embargo “Creatures of the night” hoy en día es considerado uno de los álbumes más potentes en la historia de la banda.
¿Quién pensaría en ese instante que KISS podría sobrevivir en los 80`s sin el maquillaje? Y sin embargo musicalmente hablando los discos de los 80`s fueron más completos que sus antecesores.
He leído en más de una ocasión que KISS debería haberse acabado después del Farewell Tour y que nada de lo hecho después vale realmente la pena. Afortunadamente “Symphony”, “Rock the Nation” y hasta el criticado por algunos “Sonic Boom” entre otras cosas desmienten ese hecho ¿Por qué? Porque miles de fans alrededor del mundo siguen disfrutando y consumiendo el producto KISS. Los que hoy, en 2012, se enteraron de que KISS es una industria sería bueno que fueran conociendo de todos los pasos dados por la banda desde 1976 hasta ahora en el ámbito comercial, si es que no desde el mismo momento en que nació KISS.
Es curioso que muchos de quienes hablan de la dignidad perdida sean los que más hablan de los miembros originales de KISS, cuando en términos reales justamente Peter Criss y más aun Ace Frehley son quienes más aportaron al deterioro de la dignidad de KISS, tanto al termino de los 70´s , como se hizo evidente entre 1996 y 2001.
Muchos creen desde una posición de fans de años, de tener mucho material y de saber hasta cuando calzan Gene y Paul pueden categorizar y caricaturizar a otros fans a partir de sus propias sentencias absolutas o decidir quién puede o no puede ser considerado realmente como un “soldado” de KISS Army. Para mí el mayor fan de KISS y de cualquier otra banda es el que está disfrutando de un concierto, de un acorde, de una canción en este mismo instante y es reemplazado día a día por otro quien es capaz de emocionarse con ello, sin importar si tiene todos los discos o solo un grandes éxitos y mientras haya gente alrededor del mundo que se emociona con un show de KISS o con un nuevo single o disco agradezco que KISS siga activo.
Espero que Gene Simmons y Paul Stanley sigan haciendo oídos sordos a sus “accionistas minoritarios”, a sus “consejeros musicales” y sus “Coach” personales, no porque piense que KISS hoy en día está haciendo las cosas excelentes, ni porque crea que la voz de Paul no tiene evidentes y lamentables problemas, ni porque quisiera que algunas cosas fueran distintas en la banda, su entorno y en la forma de proyectarse al mundo, sino porque creo que después de 40 años de salirse absolutamente con la suya sería de una soberbia absoluta que alguien que no ha logrado ni una ápice de lo que ellos han logrado en el ámbito musical-comercial pueda intentar de darles lecciones. Al final debería ser más sabio que si no les gusta lo que ven y escuchan simplemente digan “Esto ya no es para mí” en vez de decir “Esto ya no es para nadie” y así negarle esa posibilidad a quienes sí disfrutamos.
Quizás los que hoy hablan de la “dignidad” de KISS y de la calidad perdida acusándolos de viejos son los que justamente han cambiado y ven a la banda justamente con ojos de viejos y ahora, lejos del apasionamiento y del compromiso emocional, que es lo que el Rock nos pide para comprenderlo, se dan cuenta de lo que KISS siempre fue. Quizá sus opiniones no estén lejos de la verdad desde el punto de vista de la “Crítica especializada” o el “Análisis musical quirúrgico”, pero el Rock es muchas cosas menos eso.
Por “dignidad” creo que lo mejor es que se asuma que muchos ya no son fan de KISS, sino que lo fueron.
Al final la libertad de expresión asegura que siempre se podrá hablar mal de KISS en los foros, pero contrariamente a los que los detractores piensan ese es otro triunfo para Gene y Paul: El tener a quienes los aman gastando tiempo en hablar de ellos y a quienes no los aman… gastando aun más tiempo en hablar de ellos. Amados u odiados, nunca ignorados.